“Mi culpa, antes profundamente negra, va aclarándose poco a poco”.
Nunci perdió a su hermana Ana por suicidio el 11 de diciembre de 2019. Nunci y su hermana Merche son supervivientes del suicidio de Ana.
“Éramos hermanas, buenas amigas y compañeras de trabajo. Yo leía y aprendía para intentar ayudarla en sus crisis: cada mañana, le mandaba al móvil unas frases, unas palabras, algo que la animara o la hiciera sonreír”.
Nunci era un apoyo permanente para su hermana Ana en todos los aspectos, pero a pesar de ello, sintió que le falló, que no estuvo a su lado cuando debía, que no hizo los suficiente: “La culpa se convierte en el maltrato psicológico de los supervivientes porque sientes que le has fallado y eso te bloquea, te impide recordar los buenos momentos con ella. Y es una culpa tan grande, tan inmensa, tan negra que me cegaba y no me permitía avanzar”.
Con mucho esfuerzo, la culpa de Nunci ha dejado de ser tan oscura: “ahora es algo grisácea, un poco más liviana, siempre con altibajos y dificultades, pero he aprendido a convivir con su ausencia, mirar hacia adelante y crear recuerdos agradables con mi familia y amistades, también recordarla como ella era: decidida, resolutiva, graciosa, ingeniosa… la mejor imitadora”.
Nunci sabe que el tránsito del duelo y la gestión de la culpa es algo muy personal, que no debe depender de tiempos fijos, juicios ajenos o consejos sin fundamento. Entiende que esta es la única manera de perdonarnos, perdonar al ser querido y lograr cierta paz, valorar a la familia y los amigos que sí estuvieron al lado de su hermana en los momentos más difíciles: “Muchos “supuestos amigos” la dejaron de la mano cuando más los necesitaba, ella misma se daba cuenta y me lo decía, pero también tuvo la enorme suerte de contar con la ayuda de una bellísima persona, una amiga de la infancia que llegó a solicitar una excedencia en el trabajo para poder acompañar a Ana durante meses”.
Esos grandísimos regalos de cariño y generosidad han quedado en el corazón de Nunci que comienza a disfrutar momentos de su vida, con las personas a las que quiere, como deseaba Ana: “La mejor forma de rendirle homenaje es llevar una vida digna y entregarnos a las personas que están aquí para compartir con ellos nuestros días”.
“Alhelí es para mí “mi asociación”.
A través de su hermana Merche que reside en Málaga, Nunci supo de la existencia de la Asociación Alhelí.
Sin embargo, al principio, Nunci no tuvo claro unirse al grupo de apoyo, cierta vergüenza, el miedo a remover sus sentimientos de culpabilidad le hicieron dudar, pero finalmente entró a formar parte del grupo: “Encontré personas que sufrían mi dolor, que me respetaban y escuchaban y no me juzgaban, me sentí comprendida y acompañada. Por eso, quiero que los dolientes como yo sepan que Alhelí es un lugar donde vas a poder expresarte sin ser juzgado, sentirte como si hablaras a un buen amigo. Para mí, son personas que, aunque al principio no conocía, me dieron respeto, escucha y tolerancia y, con el tiempo, son amigos. Me enseñaron más de lo que yo pude aportarles a ellos. Además, seguimos en contacto, nos mandamos audios, escuchamos nuestra voz, ver cómo estáis”.
Nunci destaca una y otra vez el importante papel del grupo, guiado por las profesionales de Alhelí, Cristina, Chary y Noelia: “Lo que te da el grupo no puedes encontrarlo fuera, la comprensión, la confianza para poder hablar sin tapujos ni metáforas, esto solo puede pasar con personas que conocen el dolor que estás sufriendo”.
Con mucho trabajo interior, terapia y acompañamiento, Nunci ha comprendido que el duelo es como una montaña rusa, hoy estás mejor, mañana peor, algunas fechas señaladas son complicadas: “llegas a temerlas, pero he aprendido que debo respetarme a mí misma y a mi dolor y si hoy no me encuentro bien o quiero llorar, me doy mi espacio, o si mi madre quiere llorar, también le concedo el suyo, necesitamos sentirnos bien tal y como somos y sentimos”.
Nunci y Merche luchan por la visibilidad y la prevención.
“Mi hermana Merche y yo, más pronto que tarde, decidimos que había que dar a conocer lo que sucedió, lo que está pasando, por eso, siempre que podemos, hablamos en prensa, televisión, radio… comunicamos sobre el suicidio pero no con morbo ni refiriendo mitos o la muerte, sino con esperanza y, sobre todo, prevención, para evitarlo, y dejando bien claro que quien se suicida no lo hace para dejar de vivir sino para dejar de sufrir, porque quieren vivir pero quieren dejar de sufrir”.
Saben que es difícil, que faltan recursos, un plan nacional, formación a los sanitarios, información a los familiares, pero “una sola vida salvada ya es un éxito y vamos a seguir salvando más, lo tenemos muy claro”.
El final de la vida de Ana ha sido el comienzo de un proyecto desafiante pero necesario, una carrera de fondo nada fácil de enfrentar pero que Nunci y Merche no están dispuestas a dejar a medias: su hermana y tantas personas que sufren y desean vivir lo merecen.
Su lucha y su valentía son el prodigioso recuerdo de aquella sonrisa dulce y a la vez traviesa de su hermana Ana, que siempre guardarán en lo más profundo de su corazón.
El pasado dos de octubre de 2021, durante la celebración de la Sexta Gala Aniversario de la Asociación Alhelí, Nunci recibió de las manos del equipo profesional de nuestra asociación, el reconocimiento a su tesón y su labor por la prevención.
Gracias, Nunci, por todo lo que haces y por compartir tu testimonio con tanta generosidad y cariño.
Autora: Patricia Morales (Voluntaria).